El Faro

Tan acelerada se ha antojado en los últimos años la proliferación urbanística en Cueto y el entorno de la S-20 que el antiguo depósito de agua se ha quedado pequeño. El mazacote de hormigón que se ve en lo alto de la calle Bellavista y cuya construcción data de 1959, no da abasto. La demanda es tan alta que las bombas que lo llenan tienen que trabajar por encima de sus capacidades para evitar el desabastecimiento vecinal. Por ello el Ayuntamiento de Santander ha publicado esta semana los pliegos para licitar la construcción de un nuevo tanque en el parque La Pereda cuyo proyecto incluye la demolición del existente, y todo por un montante cercano a los 300.000 euros.

La obra tiene un plazo de ejecución de cuatro meses y tras la puesta en marcha de la nueva infraestructura se esperarán otros seis –un plazo necesario para comprobar su correcta operatividad– para acometer la demolición de la antigua. En el futuro serán cuatro bombas las que abastezcan de agua a todo el barrio –tres capaces de llevar el caudal máximo y una de reserva– y tendrán una capacidad máxima de trabajo de 60 litros por segundo, un margen holgado para abastecer a una zona que está concentrando en los últimos años uno de los mayores volúmenes de construcción de obra nueva residencial de la capital cántabra.

Es un proyecto que anunció ya el pasado año la concejala de Medio Ambiente, Margarita Rojo, quien explicó la importancia de la actuación para garantizar las condiciones de funcionamiento de la red de abastecimiento de agua «para la dotación actual y futura de esta zona de la ciudad». Rojo justificó la actuación en el hecho de que, en la actualidad, el funcionamiento de esta infraestructura consiste en una malla a presión que se apoya en un único depósito elevado de capacidad «insuficiente situado en el punto alto del sector que, si bien logra la suficiente presión, no puede regular el caudal requerido en horas punta de demanda». A esta disfunción se añade el estado de la estructura que soporta el depósito «al límite de su vida útil».

Una vez instalado el nuevo grupo de presión y comprobado que funciona correctamente, se cegará el depósito elevado y se retirarán aquellas conducciones que hayan quedado fuera de servicio para después iniciar la fase de demolición de la estructura actual. Con estas nuevas instalaciones «quedará garantizado» el correcto funcionamiento del abastecimiento del barrio de Cueto, «incluyendo el posible aumento de población en los próximos años».

Fugas recurrentes: Recuerdan los vecinos más veteranos de Cueto que en los años sesenta fueron ellos quienes, provistos de picos y palas, ayudaron a instalar la red de aguas residuales y de alcantarillado del pueblo. «La construcción del depósito finalizó el 30 de agosto de 1959 en un terreno que se encuentra en la cota más alta de la zona, en el barrio de Bellavista», evoca Santiago Sierra, presidente de esa asociación vecinal. El objetivo era proporcionar agua a las viviendas más modernas construidas entonces en la ladera norte de la ciudad. Precisamente se encuentra emplazado en un solar que es de propiedad de la Asociación de Vecinos de Cueto. El depósito ha sido reparado en numerosas ocasiones en los últimos años debido a las fugas recurrentes y a la necesidad de completar el bombeo de agua para evitar su vaciado.

La proliferación urbanística en esta zona de la ciudad obliga a modernizar la instalación.

Fuente: El Diario Montañes 3 de septiembre de 2022